Empecemos por el principio

sábado, 13 de febrero de 2010


Éste que veis en la foto es mi señor padre... no sé exactamente que edad tendría el angelito por aquella época, lo que sí que sé, es que aunque yo he escogido esta foto para ilustrar ésta segunda entrada que debería explicar por qué zarautz es y ha sido siempre le lugar en que mi familia pasa sus vacaciones, no es ni mucho menos el origen de ésta "sagrada" tradición.

Lo cierto es que siempre hemos tenido familia allí; la madre de mi padre (conocida por muchos de vosotros como mi "mémé") nació y vivió sus primeros años en París, pero al estallar la 1ª Guerra Mundial sus padres y ella decidieron trasladarse a éste tranquilo pueblo guipuzcuano donde residían unos familiares, alejándose así de las penurias que la guerra traería.

Años más tarde mi abuela, Mª del Carmen, conoció a cierto apuesto caballero bilbaíno, que más tarde se convertiría en mi abuelo "Txomin", el matrimonio empezó una nueva vida en Madrid, pero como era de esperar siendo los dos procedentes de las verdes tierras del Norte, añoraban éste pequeño pueblo, y decidieron fijar allí su residencia de Verano.

Nacieron mi padre (en la foto) y poco después mi tía, que disfrutaron desde pequeñitos de las maravillas que Zarautz tenía que ofrecer, hicieron amigos y fraguaron multitud de recuerdos felices, de modo que verano a verano, año a año, Zarautz fué ocupando un lugar cada vez más grande en sus corazones.

Como era de esperar terminaron por contagiar a sus hijos esta pasión, y así ocurrió; poco a poco hemos ido descubriento todo lo que Zarautz representa, y creedme, una vez lo pruebas ya no puedes dejarlo, y merece la pena, porque cada minuto que he pasado en ese pueblo se ha convertido con el tiempo en un recuerdo maravilloso.

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